sábado, 22 de mayo de 2010

Los afroecuatorianos y el racismo




Un amigo me comentó que concedió una entrevista a la revista Vistazo, sobre el racismo, qué bien le dije y qué tal, él me dijo que su respuesta fue que aún esa enfermedad sigue y que difícilmente se exterminará.



Yo le comenté que realmente los tiempos han cambiado un poco, actualmente, a los afroecuatorianos se nos han abierto puertas, especialmente en el ámbito laboral, educativo y profesional.



Hace 40 años por ejemplo, era impensable que un negro ingrese a las filas de oficiales en la Policía y el Ejército, hace 60 años, era impensable que un negro sea sacerdote. Hoy existen oficiales negros y hasta un obispo afro en Guayaquil. Hace 50 años, no se podía si quiera imaginar a un negro como presidente de Estados Unidos, qué tal, ahora Barack Obama ha hecho historia.



Pero, la lucha ha sido grande, desde la época de nuestros antecesores esclavos que con la música bomba se rebelaban contra sus amos. Me hubiera encantado que mi abuela que fue empleada doméstica desde muy joven estuviera viva para que vea los avances de los afroecuatorianos.



Pero falta más, falta que los afroecuatorianos nos sintamos importantes y despejemos de nuestras vidas el pasado que nos sometió durante siglos. El crimen de la esclavitud es algo que existió y no podemos negar ni ocultar.



Pero todavía falta que las autoridades se preocupen más por los pueblos afroecuatorianos como el Valle del Chota, donde la pobreza todavía es una realidad y que sufre del olvido de las autoridades que solo se acordaban que existe ese sector cuando Ecuador clasificaba al Mundial de Fútbol, y después se olvidaban de todo y de todos.



Los niños crecen soñando convertirse en un Édison Méndez, Agustín Delgado o Jairo Campos, que se han convertido en referentes y quienes luego de haber logrado éxitos y dinero en el fútbol llegan en sus autos lujosos y ropa fina a su tierra, dejando impresionados a cientos de niños que, en cambio, la mayoría de veces están descalzos o con sus zapatos viejos.



Pero es urgente que no piensen solo en que el fútbol es el futuro, deben trabajar en su presente, con una buena educación...



En fin, para mí el racismo no existe como antes, pero aún no se puede erradicar en el país, es como un mal sin remedio, pero sigamos, no nos dejemos, ya hemos avanzado que no nos detenga nadie... dejemos a nuestros hijos el legado de que si queremos podemos llegar lejos...



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